Lo que dejo en el 2023, libros favoritos del año y mi palabra para el 2024
Enero está por terminar y yo estoy aquí apenas poniéndome al corriente con todo. El sentir que voy corriendo detrás de mis planes no es nuevo. Más de una vez he terminado por despedirme de ciertos proyectos e ideas por tardarme demasiado en siquiera abordarlos. Este año tengo un buen pretexto, me enfermé de influenza la primera semana de enero, estuve viajando la segunda (y fue un viaje lleno de retrasos y demás situaciones poco agradables) y no fue sino hasta la tercera semana que me pude sentar en mediana paz a ver todo lo que tengo pendiente.
Tengo muchas cosas pendientes.
Sin embargo, enero todavía no se acaba y, como cada año, quiero aprovechar este tiempo para compartir mis reflexiones de fin de año, mis libros favoritos del 2023, mis planes para el 2024 y mi palabra del año.
Mis libros favoritos del 2023
Este año leí 23 libros. No son muchos, pero tampoco son tan pocos. Por si a alguien le interesa eso de las estadísticas de lectura, puede ver las mías en Goodreads o en StoryGraph (donde están mucho más detalladas). Por lo pronto, aquí les comparto los cinco libros que más me gustaron este año, como siempre, en ningún orden particular porque los rankings son para valientes y yo soy cobarde.
La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero
Cuando el esposo de Rosa Montero murió de cáncer, la autora comenzó a leer el diario de Marie Curie y se vio reflejada en las páginas. Este es un libro sobre el amor, las relaciones de pareja, la soledad y la vida misma.
Conversaciones sobre Palestina, Ilan Pappé y Noam Chomsky
Conversaciones para entender lo que está pasando en Israel y Palestina, sobre el pasado y el futuro de la situación, y sobre cómo hablamos cuando hablamos de Palestina. También lo comenté en un post más largo en noviembre.
Papeles Inesperados, Julio Cortázar
Una colección de ensayos, cuentos, poemas y cartas que se quedaron por muchos años en un cajón, esperando ser publicados. Imprescindible para cronopios.
Luna llena, Aki Shimazaki
Tetsuo y Fujiko viven tranquilamente en una residencia para ancianos. Una mañana, Fujiko, quien tiene alzheimer, no reconoce a su esposo. Tras convencerla de que es su novio, Tetsuo tendrá que evaluar su nueva relación con su mujer y descubrir que la vida que tenía no era lo que aparentaba.
Hunger: A Memoir of (My) Body, Roxane Gay
Este libro son las memorias de Roxane Gay, una de mis autoras favoritas, y de su vida viviendo dentro de su cuerpo. Es una lectura honesta, vulnerable y personal sobre una persona que ha sobrevivido y vivido mucho.
Hubo dos libros que no quedaron en los cinco principales, pero que definitivamente necesitan ser mencionados: Bellas para morir: Estereotipos y violencia estética contra la mujer, de Esther Pineda G., del cual hablé más a fondo en abril, y Kitchen Confidential: Adventures in the Culinary Underbelly, de Anthony Bourdain.
Lo que se queda en el 2023
Recientemente, he visto una ola de videos y de comentarios de gente joven haciendo sus propias reflexiones de fin de año con el nombre de “lo que estoy dejando en el 2023” y se me hace una forma muy trendy y muy sana de ver las cosas. No estoy obligándome a no hacer algo, no estoy forzando un cambio, simplemente estoy dejando algo en el 2023, estoy eligiendo no cargarlo conmigo al 2024, como si fuera maleta. Yo también me puse a pensar en las cosas que quiero dejar en el 2023 y estoy dejando al menos tres maletas.
🧳 Discutir con gente a la que no le interesa el diálogo
En general siento que el año pasado mejoré mucho en este aspecto. En años anteriores caía muy fácilmente en discusiones donde gastaba demasiada energía porque el interlocutor no estaba interesado en establecer un diálogo, sino en “ganar”. Sin embargo, este año aprendí que, cuando a alguien no le interesa intercambiar ideas, explorar por qué la otra persona piensa como piensa, descubrir puntos nuevos, no tengo por qué quedarme en esa conversación. Cuando alguien asume lo peor todo el tiempo, cuando solamente está buscando malinterpretar lo que se dice para asumir una posición de superioridad o para “destruir” a la otra persona en el “debate”, no necesito entrar en eso.
Siempre me ha interesado saber lo que piensa la gente y por qué piensa así. Aunque no estemos de acuerdo en algo, me gusta saber por qué alguien tiene las perspectivas que tiene y qué la lleva a pensar o a actuar como lo hace. Si yo no estoy empezando la conversación asumiendo lo peor de la otra persona y segura de mi postura correcta e inmovible, no tengo por qué tolerar que alguien lo haga conmigo.
🧳 Retos de lectura
Cada año desde hace mucho, mucho tiempo, me propongo leer una cierta cantidad de libros al año. Leer es bueno, leer es sano, pero esas metas muchas veces terminan por convertirse en un problema, ya que le dan mucha más presión a mi experiencia de lectura de la necesaria.
Por un lado, no es malo poner metas. Yo soy alguien que requiere cierta presión para hacer las cosas, a veces necesito cierta sensación de urgencia. Por otro lado, tampoco se me da eso de “tener que leer diario”. Me gustan las rutinas siempre y cuando me permitan cierta flexibilidad y leer es parte de mi rutina, pero no siempre lo quiero hacer diario. A veces paso semanas leyendo en todos mis ratos libres y a veces paso meses sin tocar un libro. Cuando tengo una meta mínima de lectura, casi siempre empiezo a pensar que necesito leer diario para cumplirla, para no atrasarme.
Sucede que siempre me atraso.
Y entonces necesito ponerme al corriente porque voy cuatro libros atrasada, entonces no puedo leer este libro al que le traigo ganas porque tiene muchas páginas y un lenguaje difícil. No, lo que yo necesito es leer este libro corto que en realidad no me interesa tanto, pero lo termino en una sentada. ¿Aprendí algo? No realmente, pero al menos ya sólo me faltan tres.
Este año voy a leer lo que me gusta, al ritmo que me gusta y lo voy a hacer sin las restricciones de un reto de lectura.
🧳 Los posts y/o videos “rápidos” para mantener el algoritmo
Hablando de cosas que cuestan mucho trabajo, siempre me ha costado mantener ese ritmo constante y veloz que dicen los expertos que es necesario para “triunfar en YouTube” (o en Substack). Sucede que para crecer más o menos rápido en YouTube y en Substack y generar ingresos necesitas subir varios videos al mes, de preferencia una vez a la semana. Necesitas generar vistas, generar engagement, necesitas postear diario.
Yo no tengo el tiempo para hacer un video a la semana. Ya sea por trabajo o porque nunca he sido buena creando rutinas y sujetándome a ellas, no logro establecer ese ritmo que permite crear un video a la semana. En años anteriores, con tal de “sacar algo rápido” he buscado hacer proyectos “rápidos y sencillos” sobre temas que son tendencia, proyectos que no me cuesten trabajo y, en general, terminan siendo pérdidas de tiempo. Resulta que el producto—llámese video, script, texto—no me gusta y decido no subirlo. O, como me ha sucedido una que otra vez en años anteriores, decido subirlo porque “es mejor a nada” y no, no es mejor a nada.
Aunque me encantaría poder generar ingresos con el canal y con este newsletter, la realidad es que no es la razón por la cual empecé a bloguear o abrí una cuenta de YouTube. Empecé a hacerlo porque me gusta comentar las cosas y ser creativa, porque a veces no basta marear a mi mamá con mis observaciones, necesito ponerlas allá afuera, en el mundo. Si voy a crecer, lo voy a hacer despacito, disfrutando la comunidad chiquita que tengo, que está llena de gente linda e interesante.
Gracias a estos espacios, he conocido y reconocido a personas súper interesantes con las cuales he podido intercambiar ideas y de las cuales he podido aprender cosas nuevas. A veces me preguntan cosas, a veces me hacen sugerencias, me comparten sus pensamientos y lo que han leído, y siempre es un gusto leerlas y oírlas. Prefiero crecer así, buscando mejorar la calidad de mi análisis, de mis textos, de mis videos, y conociendo a gente nueva que sabe mucho más que yo.
Nada de esto significa que entonces voy a descuidar mis tiempos e ignorar el algoritmo. Si una quiere crecer y, algún día, generar ingresos de ese tipo de trabajo, se necesita ser constante y tomar decisiones estratégicas. Este año decidí asignarme un tiempo cada semana para escribir. También decidí que todos los videos de libros van a tener su propio espacio en YouTube, separado del de los videoensayos.
Viendo las estadísticas de mi canal, efectivamente los video-ensayos tienen más vistas y más recomendaciones que los comentarios de libros. Pero no quiero dejar de hablar de libros porque, como ya hemos establecido anteriormente, me gusta mucho leer. Así que, a partir de este año, los videos sobre libros van a estar en su propio canal y espero verles por allá muy pronto.
Mi palabra para el 2024
Para quienes nunca han escuchado eso de la palabra del año, cada año, entre noviembre y diciembre, me siento a revisar mis planes y metas logradas, evalúo lo que quiero dejar atrás y lo que quiero continuar, y escojo una palabra que va a servir como “tema” para el año nuevo. Esta palabra debe ser lo suficientemente amplia como para poder abarcar la mayoría, si no es que todas las áreas de mi vida, pero también lo suficientemente precisa como para “guiar” un poco mis intenciones y decisiones del año.
En el 2023, mi palabra fue comunidad y fue una decisión que llegó de forma muy natural gracias a lo que viví en el 2022. Fue un tema claro para el año y efectivamente marcó muchas o la mayoría de las decisiones que tomé, desde las pequeñas, como hacer llamadas, tomar café, hasta las más grandes, como hacia dónde quiero que avance mi vida y con quiénes. Este 2024, después de pensarlo bien, decidí que lo más importante es la continuidad. Los planes y proyectos que comencé en el 2023, los que llevo cargando desde hace más tiempo, las ideas nuevas que quiero implementar en el 2024, todo requiere continuidad. En lo personal, quiero continuar cuidando mi salud y quiero darle continuidad a esas relaciones que he estado cultivando. En lo laboral quiero continuar desarrollándome profesionalmente y, en lo creativo, quiero continuar con algunos proyectos que han estado pausados.
Este 2024 necesita ser un año de continuidad.
¿Prefieres ver videos a leer?
Lo que dejé en el 2023:
Mis libros favoritos del 2023: